Una de mis principales funciones como agente inmobiliario, es establecer el vínculo entre vendedor y comprador. Lo cual puede parecer una tarea fácil, especialmente a quien no está inmerso en el sector inmobiliario.
Conseguir un trato favorable para ambas partes no es fácil. Hace falta encontrar personas comprometidas, buscarlas en los círculos adecuados y conseguir unas condiciones satisfactorias para ambas partes. Lo cual es especialmente difícil en tiempos de crisis.
Todo agente inmobiliario que se precie debe tener más contactos que un particular. Y esa es la principal ventaja de acudir a un profesional para vender tu piso o casa. Conocer a muchas personas, con visiones y necesidades distintas que puedan encajar en una propiedad u otra. Y es precisamente por eso que los propietarios terminan por confiar en una inmobiliaria: Porque conseguimos hacer posible la compraventa en mucho menos tiempo.
Todo propietario ha intentado vender una propiedad por su propia cuenta. Y no hay ninguna duda de que muchos lo consiguen. Lo que hay que preguntarse es en cuánto tiempo, cuántas visitas ha tenido que realizar y cuánto ha invertido en ello. Hay quien dice no tener prisa, no necesitar a un profesional. Sin embargo, hay un alto porcentaje de personas que terminan fatigadas de visitas improductivas, de atender llamadas curiosas y definitivamente, perder tiempo.
Y ese es el principal motivo por el cual, si quieres, puedo ayudarte. A agilizar todo, ayudarte con los trámites. Resolver tus dudas. Conseguir contactos de calidad que no te hagan perder el tiempo, sino todo lo contrario. Hacerte sentir que con cada visita, estás dando un paso adelante. Un paso que en el menor tiempo posible, te llevará a una compraventa exitosa.