Coronavirus: Antedecentes de una gran crisis

60.000 sanciones impuestas, más de 600 detenidos. 2182 muertos, 33.000 contagiados. Las cifras a día de hoy no tienen nada que ver con lo que en un principio nos avisaban. Hace escasas dos semanas se estaba celebrando el día de la mujer como si no hubiese más peligro, incluyendo masivas movilizaciones. Para variar, los brazos más álgidos de la política nos ‘tomaron el pelo’ ocultando las posibles consecuencias que traería una semana más de inconsciencia. Mirando para otro lado.


A día de hoy, semanas después, tenemos las cifras mencionadas más arriba. Muchos nos empezamos a preguntar las consecuencias económicas a nivel comercial después de habernos mentido tanto. Nos dicen a todos que no nos preocupemos de eso ahora, que es hora de combatir. No obstante, los que tenemos negocios no podemos permitir el lujo de volver a confiar, y menos después de los ocultamientos previos.


En los próximos meses se prevé una subida drástica de alquileres en las grandes ciudades, seguido de una bajada de precios en el sector de compra. En muchos municipios de España la media del precio de alquiler ha subido de 400€ a más de 700 debido a la cantidad de gente que busca arrendar en vez de adquirir. Estas cifras bajarán considerablemente al haber una liquidación automática de la demanda debido a los efectos del virus.


Esto tiene parte positiva y negativa. Habrá muchos inmuebles que se volverán asequibles para hipotecar o invertir en ellos, así como muchos pisos de alquiler disponibles a precios más permisivos, exceptuando ciertas zonas ‘caras’ en algunas ciudades como Barcelona, Valencia, Madrid, Tarragona o principales capitales de CA.



Lo más destacable a nivel local será la bajada de los precios por arriendo, lo cual se traducirá en un aumento considerable de demanda de este tipo. Casas o pisos para reformar (en mal estado) se convertirán en una mina de oro para inversores de bajo y alto poder adquisitivo. El tiempo del oportunismo vuelve a florecer, para bien i para mal.

Se están firmando contratos a día de hoy con empresas de rehabilitación de fachadas, reformas y constructoras para aprovechar el momento justo, en cuanto termine el confinamiento. El sector inmobiliario nunca deja de moverse, especialmente en momentos difíciles.


La dificultad de alquilar: Un problema en alza

En 2022 la escasez de alquiler ha alcanzado límites históricos

La escasez de vivenda de alquiler está suponiendo un auténtico problema en España. Tanto para arrendatarios como para las agencias. ¿Qué es lo que ha cambiado para sufrir tal escasez de oferta? Lo analizamos brevemente en nuestro blog:

La okupación: Un factor determinante para muchos propietarios

El auge de las okupaciones ha provocado mucho desaliento entre propietarios. Y con «propietarios» no nos referimos a grandes tenedores que alquilan sus pisos para enriquecerse, sino a ciudadanos de clase media que alquilaban o realquilaban sus pisos para conseguir algún ingreso extra, a parte de sus trabajos habituales. El auge de la okupación, la impunidad de la cual gozan y un sistema judicial nulo en esta cuestión, han provocado que ni siquiera veamos carteles de «se alquila» en los balcones.


Esta razón, que puede parecer exagerada a muchos, es causa directa de la fuerte bajada de la oferta. Puesto que ante el riesgo de impago y okupación que temen los propietarios, prefieren no cederlo a agencias o a personas relativamente desconocidas. Algunos directamente optan por la venta, ante la inseguridad que supone firmar un contrato de alquiler que puede terminar en papel mojado.

Aumento poblacional y escasez en grandes ciudades

En poblaciones pequeñas no se nota tanto la escasez de alquiler, puesto que de forma comarcal siempre pueden encontrarse soluciones como moverse a los pueblos o sencillamente cambiar de municipio si hay relativa posibilidad de desplazarse. En los grandes núcleos urbanos es otra historia (Barcelona, Madrid, Valencia). Puesto que la demanda en esas ciudades es tan alta que lo que simplemente ocurre, es que los precios se disparan.

 

Impunidad con los impagos

Otra práctica que se ha popularizado, es dejar de pagar. Esta práctica la han bautizado como «inquiokupa» o «okupa moroso». Dicho perfil fue un arrendatario en su día, el cual decide dejar de pagar o sencillamente quedarse en la vivienda una vez el contrato ha expirado, suponiendo una carga económica que puede alargarse incluso años. Especialmente popularizado en los municipios aledaños de Madrid y Barcelona (Ciudad Real, Villaverde, Vallecas, Casa de Campo, Cornellà, Hospitalet, Sant Andreu…) dichos inquilinos terminan por acumular una deuda de 30.000-40.000€ en pocos años, terminando por arruinar a los propietarios que, desesperados, imploran una solución judicial. Una solución que encuentran al cabo de meses e incluso años en los peores casos.

En poblaciones pequeñas no se nota tanto la escasez de alquiler, puesto que de forma comarcal siempre pueden encontrarse soluciones como moverse a los pueblos o sencillamente cambiar de municipio si se tiene posibilidad de desplazarse. En los grandes núcleos urbanos es otra historia (Barcelona, Madrid, Valencia). Puesto que la demanda en esas ciudades es tan alta que lo que sencillamente ocurre, es que los precios se disparan.

 

Impunidad con los impagos

Otra práctica que se ha popularizado, es dejar de pagar. Esta práctica la han bautizado como «inquiokupa» o «okupa moroso». Dicho perfil fue un arrendatario en su día, el cual decide dejar de pagar o sencillamente quedarse en la vivienda una vez el contrato ha expirado, suponiendo una carga económica que puede alargarse incluso años. Especialmente popularizado en los municipios aledaños de Madrid y Barcelona (Ciudad Real, Villaverde, Vallecas, Casa de Campo, Cornellà, Hospitalet, Sant Andreu…) dichos inquilinos terminan por acumular una deuda de 30.000-40.000€ en pocos años, terminando por arruinar a los propietarios que, desesperados, imploran una solución judicial. Una solución que encuentran al cabo de meses e incluso años en los peores casos.

En poblaciones pequeñas no se nota tanto la escasez de alquiler, puesto que de forma comarcal siempre pueden encontrarse soluciones como moverse a los pueblos o sencillamente cambiar de municipio si se tiene posibilidad de desplazarse. En los grandes núcleos urbanos es otra historia (Barcelona, Madrid, Valencia). Puesto que la demanda en esas ciudades es tan alta que lo que sencillamente ocurre, es que los precios se disparan.

 

Impunidad con los impagos

Otra práctica que se ha popularizado, es dejar de pagar. Esta práctica la han bautizado como «inquiokupa» o «okupa moroso». Dicho perfil fue un arrendatario en su día, el cual decide dejar de pagar o sencillamente quedarse en la vivienda una vez el contrato ha expirado, suponiendo una carga económica que puede alargarse incluso años. Especialmente popularizado en los municipios aledaños de Madrid y Barcelona (Ciudad Real, Villaverde, Vallecas, Casa de Campo, Cornellà, Hospitalet, Sant Andreu…) dichos inquilinos terminan por acumular una deuda de 30.000-40.000€ en pocos años, terminando por arruinar a los propietarios que, desesperados, imploran una solución judicial. Una solución que encuentran al cabo de meses e incluso años en los peores casos.

El problema es una mezcla de elementos: Empezando por la falta de voluntad política de agilizar los trámites para devolver la propiedad privada a los propietarios. El mero hecho de que esto suceda no sólo es preocupante, sino que es impensable en un Estado de Derecho. Especialmente, el desprecio por la propiedad privada y especialmente hacia los propietarios, que se sienten totalmente desamparados ante la Ley. El mero hecho de que los partidos mayoritarios de Gobierno se nieguen a blindar la propiedad privada es inaudito. Y no se trata de una valoración subjetiva, sino de un hecho en comparación con nuestros vecinos Europeos, los cuales miran con distancia y perplejidad lo que aquí ocurre con la okupación.

Si juntamos todos estos elementos, tenemos una amplia mayoría política que da soporte directo a que esto ocurra. No sólo dan soporte directo, sino que hacen exactamente lo que sus votantes quieren que ocurra: Que el propietario salga perjudicado.

Vendehumos, «coaches» y otros cuentos

La fiebre de la charlatanería pseudoempresarial

Con el auge incesante de internet y todas sus herramientas, vivimos una época de gran impacto publicitario. Profesionales de sectores variopintos ofrecen sus servicios con tal de «aumentar tus ventas«, tu «visibilidad» , prometiendo de todo y más. Aunque ¿en qué medida es eso cierto?

Pues en una medida relativa. Una parte importante de «asesores» o «coaches» como se hacen llamar, no consiguen absolutamente nada. Puesto que lo único que hacen es reciclar técnicas de venta que tienen muchos años. Un montón de información confusa mezclada con charlas motivacionales que al final consiguen (que te gastes 1000€ en un curso) para estar exactamente igual que al principio.


Y la verdad es que es sencillo entender por qué. La captación de inmuebles así como la venta de los mismos, no tiene demasiado secreto: Consiste en conectar la propiedad en sí con los posibles interesados. Y a partir de ahí, estar atento a las necesidades que plantean los compradores. Entendiendo que esto siempre ha sido así, entendemos también que no hay mucho más que sacar a parte de un montón de charlatanería que promete un «incremento exponencial de ventas».

Podemos encontrar de manera pública y notoria ejemplos como este, del cual puedes buscar reseñas y desencantarte inmediatamente.

Dicho incremento se achaca a la publicidad y a los contactos que tú tengas. Nada-más. El 90% restante que se suma a eso, es simplemente mentira. Dichos «coaches» dan una importancia ficticia (y exagerada) a muchos detalles de la cuestión, como si fuese lo primordial a la hora de vender. «¿Sabrías vender un taladro?» Te dicen. «Yo te voy a enseñar a crear necesidades en los demás«.


A veces parece que olviden que estamos trabajando con inmuebles, no con bolígrafos BIC. Y que «crear necesidades» en personas que necesitan una vivienda es muy poco profesional. A parte de capcioso. Desde Finques Reus sugerimos tener cuidado con estos vendemotos, ya que no se centran en absoluto en el trabajo en sí, ni en la honestidad. Sencillamente cobran a precio de oro unos cursos que por otra parte, no nos forman en nada en especial. A la que analizamos un mínimo lo que dicen (y como lo dicen) nos damos cuenta de que tienen más discurso que otra cosa.

Contenedores convertidos en hogares ¿Realista?

La tendencia al alza de los «containers» brevemente explicada

Fuente: casasycontenedores.com

Desde hace algunos años ha ido tomando fuerza la tendencia de instalar containers o contenedores marinos como solución a una vivienda barata y legal. Pero ¿Cuáles son los puntos flacos? ¿Qué impedimentos pueden ponerme a la hora de instalarlos?


Realmente no hay muchos puntos negativos. Un contenedor puede convertirse en una vivienda del mismo modo que podemos construir una casa y pedir la cédula de habitabilidad. Lo único que tenemos que tener en cuenta es que no puede instalarse en todo tipo de terrenos, sino que necesitamos un terreno urbano como tal. También que en nuestro proyecto se tengan en cuenta las condiciones de habitabilidad y salubridad (como en una vivienda normal).

Fuente: arquitectura y empresa

En la denominación «terreno urbano» (y no rústico) ya entendemos que contamos con un suelo urbanizable y por tanto construible. Hay mucha gente que posee un terreno y por el hecho de poseerlo ya piensa que puede usarlo para lo que quiera sin condiciones. Esto no termina de ser así por razones obvias, aunque cumpliendo las condiciones mínimas deberíamos poder implementar nuestra «vivienda ecológica» sin problemas.

Y decimos vivienda ecológica porque se está vendiendo como tal en muchos casos: Menos maquinaria empleada que en sistemas tradicionales, más uso de materiales reciclables y en resumen, una simplificación general del proceso. Es una buena opción por muchos motivos si no se quiere expresamente una estructura tradicional.


La conclusión es: Menos gasto general, menos mantenimiento, menos necesidad de cimientos y estructuras férreas u hormigonadas. En general y definitivamente una solución económica y factible sin ningún riesgo si se tienen en cuenta las condiciones básicas, que por otra parte, son las mismas condiciones que debemos cumplir para construirnos una casa a la antigua usanza. Tendremos más información al respecto en los próximos años, ya que cada vez más ayuntamientos buscan implementar este tipo de viviendas en el parque público.

Ventajas de anunciarte en internet

Por qué anunciar mi inmueble y cómo hacerlo

● Nos anunciamos en internet para visibilizarnos más, captar más interesados y por supuesto, vender antes nuestro inmueble.

● Esto es una obviedad, aunque hay gente que aún se muestra reacia a anunciar su inmueble por posibles miedos o desconfianza, cuando hoy día se ha vuelto una práctica casi obligatoria para quien quiera dar salida a su inmueble de forma más rápida.


● Es tan sencillo como poner el ejemplo del escaparate: Teniendo un anuncio en un local comercial convencional tendrás «X» visualizaciones de tu anuncio, siendo el tope la gente que pasa por delante. En el momento en que subes tu anuncio ese «X» se vuelve automáticamente hasta un «x*4», ya que cualquiera podrá encontrar tu anuncio esté cerca, lejos o incluso fuera de tu municipio.

● Uno de los inconvenientes que muchos propietarios se encuentran, es que al publicar el anuncio empiezan a presentarse personas que no están realmente interesadas, que sólo sondean. A algunos propietarios esto les parece «perder el tiempo», aunque es uno de los handicaps de tener un producto visible para los demás. Incluso así, puede evitarse de ciertas maneras:


1– Evitar poner el número de teléfono personal demasiado visible

2-Dejar la publicidad a manos de un gestor/inmobiliaria

3– Instar al interesado a que proporcione sus datos antes de darle nuestro teléfono (nombre, correo electrónico, motivo de su consulta…)

4– Detallar nuestro anuncio lo máximo posible para despejar dudas prescindibles

5– Proporcionar un formulario de contacto para poder contestar cómodamente


Estas serían algunas de las indicaciones básicas para poner un anuncio útil en internet. Porque anuncios hay muchos, pero no todo el mundo se fija en ellos. Ni de la misma manera.

En Finques Reus gestionamos tu anuncio, publicitamos tu inmueble y publicamos dicha publicidad de manera gratuita. El anuncio no se paga y la promoción en sí tampoco. Nada que perder, mucho que ganar.

Estigmatización del mercado inmobiliario

La impopularidad del sector inmobiliario en los últimos años es evidente. La figura del agente inmobiliario así como de las promotoras en sí se ha visto perjudicada por diversos motivos, algunos muy obvios.


Mucha gente ha desarrollado rechazo o miedo hacia el mercado inmobiliario y por tanto, hacia todo nuestro sector. Los motivos son simples: Deshaucios, hipotecas impagables, estafas.


En los años de bonanza que todos recordaremos (desde mediados de los 80 hasta más allá de los 2000’s), las hipotecas prácticamente se regalaban. De hecho, en tu oficina bancaria de confianza te la ofrecían junto a un par de créditos para poder cambiar de coche y financiar una reforma en tu casa de campo. La gente no se lo pensaba dos veces a la hora de firmar algo que podía ser un despropósito: Una deuda con el banco.


Empezando por reconocer algunos errores, las entidades bancarias aprovecharon un tirón espectacular del precio del «ladrillo», para incrustar una percepción en la población de que no había ningún peligro de firmar hipotecas a 30 años. El error de muchas personas fue el de no cuestionarse las posibles consecuencias de ello.


La hipoteca se sigue viendo hoy en día como algo muy distinto a un crédito corriente, aunque no lo sea tanto. No deja de ser un crédito a muy largo plazo, enorme. No debería hacer falta ni decir que debemos planteárnoslo muy seriamente antes de poner nuestras iniciales en ningún sitio.


El alquiler prima por encima de todo estos días, y los precios están por las nubes en muchos sectores. Lógicamente los propietarios de viviendas se han amoldado a la situación traduciéndose en un incremento de los precios de alquiler tras la bajada de las hipotecas (bajada de solicitudes). Vivimos una época difícil para el sector inmobiliario, aunque seguimos luchando día a día para estabilizar el mercado lo antes posible.

Capitalismo ¿El demonio encarnado?

Entendiendo el capitalismo

Capitalismo, nos hablan tanto y tan mal de él. Para mucha gente en España, el demonio encarnado. Una mano negra propagada mundialmente para empobrecer a los más pobres y enriquecer a unos cuantos (muy pocos) multimillonarios que lo dominan todo. Pero ¿realmente es así?


Radicalmente no. Las visiones radicales pierden la objetividad. Decir que el capitalismo es muy malo (todo) es como decir que el comercio es malo. O que todos los funcionarios son vagos. Una generalización simplista que nos desinforma más que informar, provocando que personas defiendan ideas exageradas.


Durante décadas nos han vinculado (intencionadamente) el capitalismo con Amancio Ortega, Juan Roig y demás megaempresarios directivos de enormes corporaciones. Obviamente de manera cínica y totalmente deliberada, con el fin de crear desprecio acerca de lo que significa el capitalismo y por tanto, la actividad de emprender.


Entonces, ¿qué es el capitalismo desde una perspectiva más neutra? Es decir, no desde el punto de vista de un mega empresario ni desde el de un sindicalista. Es un auténtico error centrar los puntos de vista en los extremos más opuestos.


El capitalismo es emprender. El capitalismo, es dar oportunidad a la gente de que cree empresas y por tanto, trabajo. Capitalismo es el tendero de debajo de tu casa, el quiosquero de toda la vida o el Bazar Asiático de la esquina de la calle. El capitalismo comprende cualquier actividad que consista en invertir un dinero en una actividad. Capitalismo es ahorro, inversión, visión comercial. Capitalismo es tu abuelo yendo al banco a pedir un plan de pensiones. Capitalismo es pedir un crédito para comprarte un coche. El capitalismo nos permite tener una vida con todos los elementos que no podríamos permitirnos desde un principio.


El capitalismo es todas esas cosas. Evidentemente, también tiene fallas. Como cualquier sistema económico. El tema es que ninguno más ha funcionado en la historia, no existen las fórmulas mágicas. Que haya personas que usen el capital para aglomerar poder y perpetuar malas acciones, convierte directamente en el demonio al capitalismo?


No. Muchos hemos llegado al hartazgo de escuchar a personas que no quieren comprender ciertos conceptos, y analizan el tema de manera simplista y superficial. Si fuese por todas esas personas, si se les hiciese caso, no tendríamos nada.


Y cuando decimos que no tendríamos nada, no exageramos. «Que se vayan los bancos«, dicen. «El IBEX35 nos controla«, repiten cual mantra hindú. «No queremos al capital en España«, publican en Twitter desde sus smartphones.


No hay más tesis por hacer. Sin capitalismo no hay crédito, sin crédito no hay empresas que abrir, y sin empresas no hay trabajo. Sin trabajo, hay paro. Con mucho paro, llega la pobreza masiva. ¿Sencillo de entender, verdad?


Al final te das cuenta, de que lo que critican es lo que les permite criticar. Y eso no se puede traducir en nada más que en desconocimiento absoluto, la comodidad de sólo querer ver una cara de la moneda.

Espero haberos ayudado a ver con más neutralidad el sistema económico que mueve el mundo, no siempre para mal. A no ser que entendamos como «mal» que la gente pueda poseer cosas, cumplir objetivos y mejorar sus vidas.